Los jabones Capricho de Luna, al estar elaborados con ingredientes 100% naturales, son biodegradables y evitan la emisión de moléculas nocivas para el medio ambiente.
Los detergentes comerciales, por el contrario, contienen en su fórmula uno o más tensoactivos derivados del petróleo, además de otras sustancias que ayudan a éstos en su labor de limpieza o que aportan propiedades presumiblemente deseadas por los consumidores. Además, suelen contener también agentes auxiliares como colorantes y perfumes sintéticos. Y la gran mayoría de estas sustancias son importantes contaminantes del medio ambiente.
Cuando hablamos de proteger nuestro entorno, lo intentamos hacer a todos los niveles. Es por esta razón que seguimos la filosofía de la marca en todas las etapas de producción, desde la elaboración hasta el envasado de los productos que ofrecemos. Por ello, las envolturas de los jabones no contemplan plástico entre sus elementos -un gran contaminante de las aguas y las cadenas tróficas en su lento proceso descomposición-, sino que utilizan materiales naturales y biodegradables como el papel obtenido mediante recursos renovables y garantizado con el sello FSC.
Porque nos preocupa el mundo de hoy, y también el de mañana.
UN GRAN GESTO COTIDIANO
En un contexto de gran proliferación de productos sintéticos y residuos plásticos es inevitable replantearse nuestro modelo de consumo.
La recuperación de la pastilla de jabón natural, totalmente biodegradable, se interpreta como una medida responsable y necesaria en relación al bienestar de las personas y del medio ambiente.
La simple ducha diaria es un buen momento para aportar un granito de arena en este sentido, ahorrándole al mundo algunos productos químicos y un poco de plástico (¡fuera las botellas de plástico y las antihigiénicas esponjas sintéticas!).
Porque..., finalmente, muchos granos de arena, ¡sí que hacen una montaña!
"TENEMOS QUE SER EL CAMBIO QUE QUEREMOS VER EN EL MUNDO"
Mahatma Gandhi
"CUIDÁNDOTE A TI,
CUIDAS EL PLANETA"
Capricho de Luna